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Text File | 1995-06-30 | 12KB | 223 lines

  P9B?LA CUESTA
        =========P8B0



        A continuación  vamos a contar,  Unnamed y yo, JFRimus, una historia
 verídica  que sucedió en  pleno  mes de Agosto aquí en Málaga.  Bueno, pues
 aquí viene nuestro rollo, contado por JFRimus (supervisado por Unnamed):


        Poco tiempo  después de empezar a  escribirme con TLM/ST,  en una de
 sus cartas  me  dijo que  iba a venir a Málaga,  más concretamente a Mijas-
 Costa.  Se iba a quedar en casa de  otro Suicidal Tendenciero, el paranoico
 Cyco Ozzy.  Pues bien, cuando supimos de su llegada,nos dispusimos a hacer-
 les una visita amiguera, para ver como se lo montaban estos tíos.


P:     A la estación
     -------------P8

        A las 15:30 del  día de autos, nos  montamos  en el  taxi de mi papi
 (¡Viva el gorroneo!),  directos a la estación  central de trenes.  Llegamos
 con el tiempo justo para  sacar el billete y dirigirnos  al andén dirección
 Fuengirola.

P:     En el tren
     ----------P8

        Fueron los  únicos minutos  normalitos del  día.  Justamente delante
 nuestra había un peazo de rubia leyendo su librito,y nosotros mientras tan-
 to babeando el tren, y leyéndole  las protuberancias (le echaríamos una ma-
 no de buen gusto).

P:     Llegada a Fuengirola
     --------------------P8

        Bueno,  parece ser que es la última parada  ya que todo  el mundo se
 baja, incluido la rubia, a la cual ahora le  estudiabamos el culo, con ver-
 dadero interés.  Con el fresquito que hacía dentro  del tren, al salir a la
 calle hacía un aire caliente que casi  nos manda pa' Málaga.  Nosotros, in-
 felices, pensabamos que la casa de Cyco quedaría cerca de la estación.
        Como no teníamos ni idea de por donde quedaba,y estamos más ennorta-
 os que un amiguero en la sección informática del Corte Inglés,nos dirigimos
 a una parada de taxi que quedaba al lado y le preguntamos por donde quedaba
 la Urbanización Olimar.  El tío nos debió ve cara de gilipollas  o algo pa-
 recido ya que esta  fue su respuesta:  "¡jo!,  eso esta  muuuuy lejos, pero
 tranquilos, que yo por "sólo" 650 pelas os  llevo", pero nosotros estabamos
 más tiesos que la picha un novio y le dijimos que no, pero que si nos podía
 indicar el camino, y esta fue la respuesta: "¿Veis esa calle?,pues to tieso
 y cuando llegueis al "Coto" estareis cerca".
        Pues  nosotros nada,  a tirar to  tieso palante.  Cuando  llevabamos
 unos 300 metros, dijimos de preguntar  a alguien  para ver si el "Coto" ese
 quedaba muy lejos (¡lejos!,lejos era algo).




P:     La orientación perfecta
     -----------------------P8

        Vimos un taller de  lavado de coches y  fuimos a  preguntarle por la
 dirección,  el encargado de preguntar al tío de  allí  fui yo.   El capullo
 pasó olímpicamente de nosotros, yo le dije:  "¿sabe  por donde queda la Ur-
 banización el "Coto"?", el tío me miró con cara  de asco y  me respondió en
 plan duro: "Yo nunca he escuchado  ese nombre",  dándonos  la espalda y de-
 jándonos con cara de idiotas.  Desde aquí,  Unnamed y  yo, aprovechamos pa-
 ra saludarte: peazo mamón, tus muertos, cabrón.....
        Seguimos andando, y Unnamed  le preguntó a  dos catetos,  que por lo
 menos le sonaba eso de "Coto": ¡pa bajo, pa bajo, tira pa bajo!.
        Pues nada tiramos "pa bajo"y ahora le pregunté a un tío de un quios-
 co, que me dijo: ¡pa lla, pa lla, dos  o tres  semáforos más  pa lla,  a la
 izquierda!".  Aquí ya nos olíamos que estabamos regresando al punto de par-
 tida, pero  todavía no quisimos juzgar  al taxista.   El  sudor ya empapaba
 nuestros  viriles cuerpos, pero nosotros como macchchos  no nos dabamos por
 vencidos todavía.   En realidad,  la aventura no había hecho  nada  más que
 empezar, y seguiamos andando, y andando, y andando .....
        Por fin  encontramos  la Avenida   Mijas que nos  llevaría hasta  el
 "Coto", y "casualmente"  por delante del taxista,  es decir,  nuestro punto
 de partida.  Aquí ya  surgieron los primeros comentarios del tipo: ¡cabrón,
 te vamos a quemar el coche!.

P:     La Avenida
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        Al poco de andar, ya en la dirección correcta  (gracias taxista, por
 tu pequeña  equivocación de 90 grados),  llegamos al número 15,  y dijimos:
 "¡Tiene que ser aquí!.  Tan lejos de la estación no estaba",  sólo había un
 pequeño problema, que el número que buscabamos era una casa y a donde habí-
 amos llegado era un bloque de pisos, pero intentamos probar fortuna pegando
 en el portero electrónico, y a eso que nos salío un alimoche (una vieja), y
 nos  dijo que  aquello no era el "Coto", ni era la Urbanización  Olimar, ni
 mierda  para nosotros.  ¡Joder, me cago en la  puta de bastos!, ¿donde coño
 está eso?.




P:     La Llamada
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        Ante tal estado de desesperación, dispuse de llamar a TLM, a ver por
 donde estábamos, y si quedaba mucho, porque los pies empezaban a protestar.
 TLM nos  dijo que teníamos que seguir recto  por donde íbamos,  que vendría
 después una "cuestecilla" arriba y que nos quedaba un "trocillo".
        Llevábamos una hora andando sin parar,  con to' el solano en lo arto
 la cabeza, y ahora nos dice el tío que nos queda un ratillo todavía por an-
 dar.

P:     El ascenso
     ----------P8

        Sabiendo que teníamos que seguir  recto el camino,  sólo nos quedaba
 resignarnos a luchar contra los elementos atmosféricos y geográficos.  Des-
 pués de andar una pechá,  a los límites de la  extenuación y la deshidrata-
 ción, le preguntamos a un tío (por n-aba vez) si nos quedaba mucho,  y a lo
 que respondió: "¡Puach!, unos dos kilometrillos pa' arriba". Pero no jodas,
 nos estraron ganas de volvernos a casita, sin embargo, en nuestro interior,
 surgió una voz misteriosa  (posiblemente, por efecto de  la insolación) que
 nos decía: "Soy el espíritu del Amiga, no debeis abandonar ahora,debeis ser
 mártires de la causa".  Pues nada,  seguimos adelante en nuestra peregrina-
 ción a la Urbanización Olimar.   Andámos haciendo eses,  con paso cansino y
 respiración entrecortada,  cuando Unnamed propuso echar una  meada en medio
 del monte (¡viva la vida natural!).
        La pendiente de la cuesta se iba incrementando, y casi  teniamos que
 ir  agarrados para  no salir rodando cuesta abajo, y volver a  encontrarnos
 con el taxista y la madre que lo parió.  Mi mochila pesaba como si los dis-
 cos fueran  de plomo y el calor los debió  formatear y todo.   Dentro de la
 mochila había como una pequeña laguna donde los discos  nadaban en mis aro-
 máticos sudores.   La camisa y el pantalón (largo y vaquero) de Unnamed pa-
 recían una sopa, algo amarga por cierto.
        Sin  saber como, con pérdidas de  conciencia temporales,  llegamos a
 una Urbanización.   A la entrada había un letrero con unas palabras maravi-
 llosas:  El Coto.  Debíamos  estar cerca,  lo intuíamos,  al final sólo nos
 faltaba un pequeño tramo, cuesta arriba, para no perder la costumbre.
        Ahora  aquí nos preguntamos,  que coño  tiene que ver  eso de Mijas-
 Costa con un monte a 5 Kilómetros de la playa más cercana.

P:     El encuentro
     ------------P8

        Ya dentro de Olimar, buscando el número 15,  vimos que había dos tí-
 os observándonos y riéndose.  Unnamed me dijo que serían esos,  pero yo con
 mi lucidez trastornada,  les pregunté que por donde  quedaba la casa número
 15, a lo que nos respondieron: ¡QUE SOMOS NOSOTROS!.  Por fin,  el cielo se
 abrió, tocaron las campanas, ángeles celestiales revoloteaban  por nuestras
 cabezas, creo en caperucita roja, en el hada madrina, y los tres cerditos.

P:     The Punisher's Home
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        Inicialmente nos dirijiamos a la casa número 15, propiedad  de Cyco,
 pero este  estaba muy a gusto allí con  sus  41 grados de fiebre,  y el tío
 agonioso los quería todos para él, enparanoyado perdío.  Así que nos fuímos
 a casa de The Punisher,  un oscuro antro  de mala muerte, lugar  de vicio y
 perversión, (¡que es broma, hombre!).
        En total,  estuvimos sólo dos horas,  ya que teníamos  que  coger el
 tren de las nueve.  Pero fueron dos horas mortales con TLM,  The Punisher y
 el hermano de Cyco, esta gente, junto con Cyco son todos unos tíos  de puta
 madre, con los que las dos horas  se nos pasaron volando.   Grabamos cosas,
 TLM nos dejó los libros del Amos y el  Ensamblador (por cierto, el del Amos
 me está viniendo que  no veas de bien), y quedamos  en volver después de la
 feria.  Nos despedimos con un apretón de manos.   No pudimos contener la e-
 moción y se nos saltaron las lágrimas.  TLM se limpiaba los ojos,  mientras
 The Punisher suplicaba: "¡No os vayais, no os vayais!, quedaros  a vivir a-
 aquí", y es que sabemos que somos irresistibles.  En nuestra  próxima visi-
 ta esperaríamos ver a Cyco totalmente recuperado de sus estados fiebrosos.

P:     El descenso
     -----------P8

        No se sabe que fue peor,  si la ida o la venida,  el tiempo lo dirá.
 Salimos con media hora de adelanto  para coger el tren.  Cuando quedaban 20
 minutos, nos dimos cuenta que no habíamos  andado ni una tercera  parte del
 camino, así que debíamos elegir entre coger el siguiente tren  (a las diez)
 o salir corriendo como poseidos por los  demonios del PC.   Llega un momen-
 to que el dolor es placentero, y ¿por qué no correr 5 Kms de nada?, después
 de apenas sentir las piernas y haber perdido 10 kilos en  la subida.  Empe-
 zamos a correr, al principio suabe,Unnamed iba perfectamente equipado (pan-
 talones largos y zapatos, yo iba con bermudas y camiseta surfer, que pesaba
 ya 12 kilos, por el sudor y la costra acumulada).  A medida que pasaban los
 kilómetros, se nos desencajaba la cara y jadeabamos como perros, el sudor y
 nosotros eramos uno.  Unnamed con síntomas de agotamiento por poco se mata,
 ya que se les doblaron las piernas al bajar un bordillo.   La gente nos mi-
 raba con cara de  asco y las tías más  todavía.  A mitad del descenso,  iba
 delante una tía con un mocoso de unos 10 años, que tuvo la gracia de poner-
 se en medio para que no pasáramos.  Unnamed en esos momentos, poco entendía
 de delicadezas y le metíó un manotazo al niño que salío volando y yo  en el
 aire lo rematé para que no sufriera.
        Llegamos a la estación con el tiempo justo. Al sentarnos en el tren,
 vimos el lamentable aspecto que teníamos.  Unnamed guardaba los billetes de
 tren en el bolsillo de la camisa,  y cuando los sacó  parecían papel higié-
 nico usado, así que los pusimos a secar.  Yo levanté el brazo para abrir la
 mochila, y por poco mato  al pobre Unnamed que estaba al lado por  causa de
 mis fragancias varoniles.  Es decir, olíamos a hombres, o mejor dicho,a ti-
 gres.


P:     Conclusión de la aventura
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        Las cosas que uno  tiene que hacer  por el Amiga  no tienen límites,
 y es que el Amiga es único, así como los amigueros.

        Saludo de parte de Unnamed y yo, JFRimus a todos los que  estais lu-
 chando por mantener el Amiga vivo.  Si alguno habeis llegado  hasta aquí es
 que teneis un par de huevos (u ovarios) para haber  aguantado este tocho de
 artículo.




                            P;B<BY UNNAMED & JFRIMUSB0


 P?NOTA DE THE LAWNMOVER MAN: P:Tranquilos, el próximo año iré con el coche y
 seré yo el que vaya para Málaga a veros, o si no, os subo yo. De todas
 formas una vez que subes la "cuestita" te acostumbras y la subes en ná,
 os lo juro, de verdad, y si no preguntádselo a The Punisher, que la bajó
 y subió a pleno medio día conmigo un mogollón de veces.